Epidemiología

La EPOC es la tercera causa de muerte en todo el mundo, a partir de 2019, y fue la tercera causa de muerte en Estados Unidos en 2011.[1][3]​ La tasa de mortalidad por EPOC aumentó en más de un 100% entre 1970 y 2002.[4] A nivel mundial, se ha demostrado que la EPOC es responsable del 3.8% de las muertes en los países de ingresos altos y del 4.9% de las muertes en los países de ingresos bajos.[5]

Existe una variabilidad significativa en la prevalencia de la EPOC en los diferentes países.[6][7][8]​​ Esto puede ocurrir debido a los diferentes niveles de exposición al humo del tabaco y a los contaminantes del lugar de trabajo y del interior de los edificios.[5] Anteriormente, los hombres presentaban tasas más altas de enfermedad debido a la EPOC. Se estima que esta diferencia se debe fundamentalmente a una mayor exposición al humo del tabaco y a los contaminantes del lugar de trabajo. Las encuestas muestran que la prevalencia de la EPOC parece estar cada vez más equitativamente distribuida entre hombres y mujeres.[7][9]​​ La EPOC supone una importante carga de costes sanitarios.[6] Las exacerbaciones son responsables de gran parte de la morbilidad y mortalidad que experimentan las personas con EPOC. La mediana anual de exacerbaciones oscila entre 1 y 3.[10][11]​​ Se ha demostrado claramente que los pacientes con manifestaciones más graves de la EPOC tienen tasas más altas de mortalidad conforme avanza el tiempo.[6] Sin embargo, la mortalidad podría estar subestimada, pues las muertes en esta población se atribuyen a menudo a otras etiologías como otras enfermedades respiratorias, cáncer de pulmón y enfermedad cardiovascular.[6]

Las exacerbaciones agudas de la EPOC normalmente se desencadenan por agentes patógenos virales o bacterianos, contaminantes, ERGE o cambios en la temperatura y la humedad y presentan un inicio agudo, y un empeoramiento sostenido de los síntomas respiratorios, la función pulmonar, el estado funcional y la calidad de vida del paciente.[10][12][13][14][15][16][17][18][19][20][21][22] Las tasas de exacerbación y de mortalidad por cualquier causa tienden a aumentar durante los meses de invierno.[23] Las exacerbaciones agudas de la EPOC, especialmente las que son de moderadas a graves, tienen un impacto importante en la salud pública y aumentan tanto el uso y los costes de la asistencia sanitaria como la mortalidad.[24][25][26][27][28] Las muertes prematuras en pacientes hospitalizados con exacerbación de la EPOC grave a menudo son causadas por problemas concurrentes tales como el émbolo pulmonar, la neumonía o la insuficiencia cardiaca congestiva.[29] Los pacientes también pueden estar en riesgo de sufrir un infarto de miocardio o un accidente cerebrovascular después de un periodo de exacerbación.[30]

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