Antecedentes de caso
Antecedentes de caso #1
Un hombre de 61 años presenta en el hospital con fiebre, tos seca y disnea. También informa de que se siente muy cansado e indispuesto. Presenta antecedentes de hipertensión que controla con enalapril. En la exploración, su pulso es de 120 lpm y su temperatura es de 38.7°C (101.6°F) y su saturación de oxígeno es 88%. ¨Parece gravemente enfermo. Se le ingresa en el hospital en una sala de aislamiento y se le empieza a administrar oxígeno, fluidoterapia intravenosa y antibióticos empíricos. La radiografía de tórax muestra infiltraciones pulmonares bilaterales y la tomografía computarizada de tórax revela múltiples áreas lobulares y subsegmentarias bilaterales de opacidad de vidrio esmerilado. Se envía un hisopo nasofaríngeo para la prueba de reacción en cadena de la polimerasa de transcriptasa inversa en tiempo real y el resultado da positivo para el coronavirus 2 del síndrome respiratorio agudo grave (SARS-CoV-2) al día siguiente. El paciente desarrolla dificultad respiratoria 7 días después del ingreso y es trasladado a la unidad de cuidados intensivos y se inicia la ventilación mecánica.
Antecedentes de caso #2
Una mujer de 26 años llama a su médico quejándose de dolor de garganta y una tos seca persistente. Niega tener fiebre y no ha viajado en los últimos 14 días o ha estado en contacto con un caso confirmado de COVID-19. Se le aconseja que se quede en casa y se aísle y que llame a su médico si sus síntomas empeoran.
Otras presentaciones
Otros síntomas leves no específicos pueden incluir anorexia, confusión, mareos, dolor de garganta, rinorrea y producción de esputo. Algunos pacientes pueden presentar dolor en el pecho o hemoptisis. Se han informado síntomas gastrointestinales como diarrea, náuseas, vómitos y dolor abdominal, aunque este dato puede haberse subestimado.[4][5][6][7][8] Hay evidencias esporádicas de que los pacientes con enfermedades leves pueden desarrollar anosmia/hiposmia o ageusia/disgeusia en ausencia de otros síntomas.[9] Algunos pacientes pueden ser mínimamente sintomáticos o bien asintomáticos, especialmente los niños.[10][11][12][13]
Aproximadamente, el 80% de los pacientes se presentan con una enfermedad leve, el 14% con una enfermedad grave y el 5% con una enfermedad crítica.[14] Los pacientes con enfermedades graves pueden presentar signos y síntomas de neumonía viral, o complicaciones como el síndrome de dificultad respiratoria aguda, daño cardíaco agudo, arritmias, daño renal agudo, infección secundaria, sepsis o shock.[4][5][6]
Pueden producirse presentaciones atípicas, especialmente en pacientes de edad avanzada o en pacientes inmunocomprometidos.
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