Prevención primaria

Aún no hay evidencia suficiente para respaldar el uso de medidas de prevención de la enfermedad renal crónica (ERC) en comparación con los ensayos aleatorizados de gran escala para la enfermedad cardiovascular. La mayoría de los ensayos se han centrado en enfermedades modificables y factores de riesgo asociados a la ERC, es decir, diabetes e hipertensión. La evidencia clínica respalda la recomendación de un objetivo de HbA1c <7%, presión arterial objetivo de <140/90 mmHg, deshabituación tabáquica y peso corporal ideal con un índice de masa corporal (IMC) <27 para prevenir el desarrollo de ERC.[8][26][41] Debido a la falta de guías de práctica clínica de cribado generalizadas con creatinina sérica o albúmina urinaria, a menudo a los pacientes se los diagnostica después de que se ha desarrollado la ERC.[42]

Prevención secundaria

La prevención de una mayor pérdida de la función renal es el objetivo principal del manejo conservador de las personas con ERC.[59] Los cuidados para preservar el riñón incluyen estrategias no farmacológicas (p. ej., ajustes en la dieta y el estilo de vida) y farmacológicas[59] Se deben tratar los factores de riesgo subyacentes asociados con los estados de enfermedad, incluida la optimización del control glucémico en la diabetes y el logro del objetivo de una presión arterial de <140/90 mmHg con inhibidores de la IECA o antagonistas de los receptores de la angiotensina II. Se puede considerar un objetivo de presión arterial menor en personas con proteinuria >500 mg cada 24 horas.[77][78][84] A pesar de que los datos son limitados en la población con enfermedad renal crónica (ERC), en comparación con la población general, se indica la deshabituación tabáquica, la pérdida de peso, la restricción de sal y el manejo óptimo de lípidos con el tratamiento con estatinas. La restricción proteica se recomienda en la fase tardía de la enfermedad (categoría TFG G4 o G5), como estrategia de manejo para retrasar el inicio de la diálisis; sin embargo, una restricción proteica severa puede provocar desnutrición y afectar a la calidad de vida.[118] El uso de la aspirina también ha sido beneficioso para la protección cardíaca en las personas con ERC, a pesar de que existe un riesgo más alto de sangrado menor que en la población general.

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