Abordaje

La gripe se produce en brotes principalmente de diciembre a marzo en el hemisferio norte y entre mayo y septiembre en el hemisferio sur. La estacionalidad de la gripe está menos definida en los países tropicales.[83][84]​ El conocimiento de la actividad de la enfermedad en la comunidad local es importante a la hora de valorar la probabilidad de que un paciente tenga gripe. Los Centers for Disease Control and Prevention (CDC) de EE.UU. publican un informe semanal de vigilancia de la gripe en EE.UU.. CDC: FluView - weekly influenza surveillance report Opens in new window La Organización Mundial de la Salud también realiza un seguimiento e informa de las tasas de incidencia de la gripe. WHO: influenza update Opens in new window

El diagnóstico es generalmente clínico durante un brote en el entorno comunitario. Los pacientes con un riesgo alto de desarrollar complicaciones, incluidos los que tienen antecedentes de enfermedad pulmonar, cardíaca o nefropatía crónicas, lactantes y niños pequeños y adultos de edad avanzada, necesitan una atención especial.[16]​ Deben realizarse pruebas para detectar la presencia de gripe si ello va a influir en la decisión de comenzar un tratamiento antiviral, pedir pruebas diagnósticas adicionales o instaurar medidas de control de la infección y para la vigilancia de la circulación de la gripe en el entorno comunitario.[85]​ En los EE. UU., los CDC han proporcionado orientación sobre las pruebas y el tratamiento de la gripe cuando los virus de la gripe y el SARS-CoV-2 circulan conjuntamente.[85]​ Las recomendaciones sobre las pruebas pueden variar en diferentes lugares y deberá consultar la orientación local.

Anamnesis y exploración física

La gripe se presenta, por lo general, como una enfermedad respiratoria aguda durante la estación invernal (en los países tropicales, los patrones estacionales de la gripe están menos definidos).[83][84] Tras un período de incubación de aproximadamente 2 días, se produce una aparición repentina de fiebre alta, escalofríos, cefalea y mialgia. Estos síntomas sistémicos pueden venir acompañados de síntomas de las vías respiratorias altas y bajas similares a los del resfriado común, como tos y dolor de garganta.[86] La diseminación viral de la gripe alcanza su máximo dentro de las 48 horas de la enfermedad y, en la mayoría de casos que no presentan complicaciones, se resuelve en el plazo de 1 semana.[87] La gripe no suele presentarse con síntomas gastrointestinales primarios tales como náuseas y vómitos, excepto en la población pediátrica. La diarrea se produce de manera infrecuente con la gripe y sugeriría una gastroenteritis viral. A pesar de no estar causadas por la gripe, estas enfermedades se conocen de forma común como gripe estomacal.

Durante un brote de gripe conocido, se debe considerar que cualquier persona con fiebre aguda y síntomas respiratorios puede presentar gripe. Sin embargo, si la persona ha estado expuesta a la gripe o a una situación en la que la gripe puede propagarse rápidamente (p. ej., viajes internacionales, cruceros), debe considerarse el diagnóstico de gripe en cualquier época del año.

Aunque no hay signos patognomónicos claros de gripe, esta afecta a las vías respiratorias altas y bajas y viene acompañada de síntomas sistémicos. La fiebre, cefalea, mialgia y fatiga suelen venir acompañadas de síntomas de las vías respiratorias altas, como dolor de garganta, y de las vías respiratorias bajas, como tos.[88] No todos los pacientes con gripe presentan estos síntomas y los que sí los presentan pueden no tener gripe. Las manifestaciones de la infección gripal también dependen de la edad del paciente y de sus antecedentes previos de inmunización.[86][88]

Con casos esporádicos de gripe, puede ser difícil diferenciar clínicamente la gripe de las infecciones causadas por otros virus respiratorios. En esta situación, la infección por el virus de la gripe puede ser responsable solo de un número reducido de estos casos.

Los hallazgos clínicos son útiles, pero no confirman ni descartan el diagnóstico de gripe.[86] El examen puede arrojar hallazgos no específicos, ya que los hallazgos físicos suelen ser pocos en casos de gripe sin complicaciones. El paciente puede presentar temperaturas elevadas y rubefacción y la orofaringe puede mostrar hiperemia, con quejas de dolor de garganta grave. También puede aparecer linfadenopatía cervical leve, que es más frecuente en pacientes más jóvenes.

Análisis clínicos

No suele ser necesario realizar pruebas diagnósticas para confirmar un diagnóstico clínico de sospecha de gripe, especialmente cuando hay una mayor actividad gripal en la comunidad local. En EE.UU., se recomienda realizar la prueba a todos los pacientes hospitalizados con signos y síntomas que sugieran gripe y se recomienda realizarla a los pacientes ambulatorios si los resultados de la prueba pudieran influir en el manejo clínico, por ejemplo, en el uso de un tratamiento antiviral o antibiótico, en la necesidad de realizar más pruebas diagnósticas, en la consideración de la atención domiciliaria o en las consideraciones para las personas con alto riesgo de complicaciones derivadas de la gripe.[2][85]

Las pruebas de diagnóstico disponibles para la gripe incluyen ensayos moleculares (ensayos moleculares rápidos, reacción en cadena de la polimerasa de transcripción inversa [RT-PCR], otras pruebas de amplificación de ácidos nucleicos [PAAN]), pruebas de detección de antígenos (pruebas de diagnóstico rápido de la gripe, ensayos de inmunofluorescencia), cultivo viral y serología.[2][85][89][90][91]

Se recomiendan muestras nasofaríngeas a fin de obtener una muestra respiratoria para aislamiento viral.[2] Son más eficaces que las muestras de exudado faríngeo. La Infectious Diseases Society of America recomienda utilizar ensayos moleculares rápidos para la detección de virus de la gripe en muestras respiratorias de pacientes ambulatorios y RT-PCR u otros ensayos moleculares para la detección en muestras respiratorias de pacientes hospitalizados.[2] El cultivo viral sigue siendo la prueba definitiva, pero no se utiliza para el manejo clínico inicial, ya que los resultados pueden tardar de 3 a 10 días. En lugar de ello, se usa para confirmar pruebas de cribado y para la vigilancia de la salud pública. Los aislados de cultivo pueden proporcionar información específica sobre las cepas y subtipos circulantes de los virus de la gripe. Los virus aislados también pueden proporcionar información sobre el surgimiento de resistencia a los antivirales y el desarrollo de nuevos subtipos de la gripe A que puedan provocar una pandemia. Algunos ensayos moleculares pueden identificar tipos de virus de la gripe y subtipos específicos del virus de la gripe A.[2] Los ensayos moleculares rápidos presentan una sensibilidad del 66% al 99% y una especificidad del 55% al 99%, dependiendo del tipo de virus.[2] Las pruebas rápidas de diagnóstico de la gripe (detección de antígenos) tienen una sensibilidad muy variable (10%-70%), aunque la especificidad es alta (90%-99%).[2]

Las pruebas serológicas rutinarias de la gripe requieren sueros emparejados de la fase aguda y convaleciente. No se recomiendan para la toma de decisiones clínicas precisas.[85]

Neumonía

Si un paciente tiene una enfermedad crónica subyacente o se incluye en una categoría de alto riesgo, cabe considerar la posibilidad de que existe una neumonía viral o bacteriana. Estos pacientes experimentarán una persistencia de los síntomas superior al plazo habitual para la resolución de una gripe sin complicaciones. Puede haber fiebre alta, tos y disnea. Si se produce una exacerbación de la fiebre y la tos con esputo purulento, lo más probable es que haya una neumonía bacteriana secundaria. Una radiografía de tórax confirma los infiltrados.

Diagnóstico en niños

Los signos y síntomas de la afectación de las vías respiratorias altas o bajas son frecuentes, pero la gripe puede darse de forma más variable en niños, según su edad y exposición previa.

Los síntomas típicos de una infección por el virus de la gripe sin complicaciones suelen estar presentes e incluyen la aparición repentina de fiebre, cefalea, mialgia y malestar general, junto con manifestaciones de enfermedad de las vías respiratorias, como tos, dolor de garganta y rinitis.

No obstante, los niños de corta edad suelen esforzarse por verbalizar síntomas tales como mialgia y cefalea. La tos y la fiebre pueden ser síntomas menos prominentes en los niños pequeños, o pueden tener fiebres más altas que los pacientes adultos, presentar convulsiones febriles y tener más molestias gastrointestinales (p. ej., náuseas y vómitos, falta de apetito).[92][93][94] Los síntomas respiratorios pueden ser menos evidentes en niños al comienzo de la enfermedad que en adolescentes y adultos.[92]

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