Peritonitis bacteriana espontánea

La peritonitis bacteriana espontánea (PBE) es una de las infecciones bacterianas más frecuentes en pacientes con cirrosis, y se observa con mayor frecuencia en pacientes con enfermedad hepática terminal.

Los síntomas principales son dolor abdominal, fiebre, vómitos, alteración del estado mental y sangrado gastrointestinal. Sin embargo, con frecuencia los pacientes son mínimamente sintomáticos e incluso pueden ser asintomáticos.

Los análisis clínicos del líquido ascítico deben incluir recuento celular y cultivo. La medición de la esterasa leucocitaria (estándar en orina) con tira reactiva en el líquido ascítico a pie de cama puede contribuir al diagnóstico rápido de peritonitis bacteriana espontánea (PBE). Para descartar la PBE se puede usar la prueba de detección de la esterasa leucocitaria de líquido ascítico con tira reactiva altamente sensible.

Se define como un recuento absoluto de neutrófilos >250 células/mm^3 en el líquido ascítico, tanto en presencia de crecimiento en medio de cultivo o no.

El tratamiento se dirige principalmente a la administración temprana de regímenes antibióticos empíricos adecuados. El médico debe ser consciente de las pautas de resistencia locales, con especial referencia al aumento de la resistencia a la cefalosporina de tercera generación y a la fluoroquinolona.

Es probable que los pacientes con sepsis, antecedentes de profilaxis con fluoroquinolona, PBE nosocomial o antecedentes de infección previa con organismos resistentes necesiten una mayor cobertura empírica inicial.

La albúmina está indicada en el tratamiento de pacientes con PBE; en particular para las pacientes que presentan disfunción renal.

La profilaxis continua con antibióticos se indica en los pacientes con concentración de proteínas en el líquido ascítico <15 g/L (<1.5 g/dL) o un episodio previo de PBE.

La peritonitis bacteriana espontánea (PBE) es una infección del líquido ascítico que no se puede atribuir a ninguna afección corregible quirúrgicamente, inflamatoria en curso o intrabdominal. Es una de las infecciones bacterianas que se encuentra con mayor frecuencia en pacientes con cirrosis.