Neumonía atípica (no-COVID-19)

Se adquiere en la comunidad y a menudo se observa en adultos jóvenes que viven muy cerca los unos de los otros.

El diagnóstico es principalmente clínico. Se pueden realizar pruebas de diagnóstico molecular de exudados faríngeos o esputo. Se puede usar la serología para confirmar el diagnóstico.

Generalmente se trata con un antibiótico macrólido o con doxiciclina y el tratamiento a menudo es ambulatorio.

Pueden llegar a presentarse manifestaciones extrapulmonares, especialmente en las infecciones por Mycoplasma pneumoniae.

La neumonía bacteriana atípica es causada por microorganismos atípicos que no se detectan con la tinción de Gram y que no se pueden cultivar por métodos estándares. Los microorganismos más comunes son Mycoplasma pneumoniae, Chlamydophila pneumoniae y Legionella pneumophila. La neumonía bacteriana atípica generalmente se caracteriza por un complejo de síntomas que incluye cefalea, febrícula, tos y malestar general. Los síntomas constitucionales a menudo predominan sobre los hallazgos respiratorios. Aunque, en la mayoría de los casos, la presentación tiende a caer dentro del rango de neumonías adquiridas en la comunidad de intensidad leve, en algunos otros, especialmente los causados por L pneumophila, pueden presentarse como neumonía grave y requerir el ingreso a la unidad de cuidados intensivos (UCI). Otros agentes patógenos posibles incluyen especies de Chlamydophila, especies de Legionella, Coxiella burnetii (fiebre Q) y virus respiratorios.