Gangrena

La gangrena es una complicación de la necrosis que se caracteriza por la descomposición de los tejidos corporales. Se produce por isquemia, infección o traumatismo (o una combinación de estos procesos).

Dos categorías principales: gangrena infecciosa (que incluye fascitis necrosante y gangrena gaseosa) y gangrena isquémica (que se produce por obstrucción arterial o venosa).

Los factores de riesgo incluyen diabetes, tabaquismo, aterosclerosis, enfermedad renal, abuso de drogas y alcohol, neoplasia maligna, traumatismo o cirugía abdominal, heridas contaminadas, desnutrición, estados de hipercoagulabilidad, uso prolongado de torniquetes y SARM adquirido en la comunidad.

El tratamiento exitoso de la gangrena infecciosa requiere un reconocimiento temprano y una combinación de desbridamiento quirúrgico agresivo, antibióticos adecuados por vía intravenosa y cuidados de soporte intensivos.

La gangrena isquémica requiere revascularización para la obstrucción y la tromboembolia, además del tratamiento óptimo de cualquier enfermedad subyacente. También se deben tomar medidas para prevenir una infección superpuesta.

El pronóstico es altamente variable, pero puede suponer morbilidad y mortalidad significativas.

La gangrena es una complicación de la necrosis que se caracteriza por la descomposición de tejidos corporales. Existen dos categorías principales: gangrena infecciosa (gangrena húmeda) y gangrena isquémica (gangrena seca). La afección puede ser el resultado de isquemia, una infección o un traumatismo (o una combinación de estos procesos). La isquemia puede ser el resultado del compromiso arterial o venoso y puede ser un proceso agudo o crónico (o una combinación de ambos). El suministro de sangre gravemente insuficiente es la causa más frecuente de gangrena y a menudo se asocia con diabetes y tabaquismo a largo plazo.[1]Mandell GL, Bennett JE, Dolin R. Principles and practice of infectious diseases. 6th ed. Philadelphia, PA: Churchill Livingstone Elsevier; 2005.